a todas partes le seguía,
no le dejaba ni un momento,
en el oído le decía,
"el infierno te parecerá suculento"
el chico corría y corría,
y ella siempre le perseguía,
el chico no podía mas,
mas un salto quiso dar,
por la ventana quiso saltar,
el demonio le quiso ayudar,
y el pobre muchacho,
al suelo fue a parar,
la sangre salpico al demonio,
que sentada en el alféizar,
dijo
UY! se ha roto!